Santo Domingo, RD.- El embajador Manuel Morales Lama dijo a estudiantes de la Universidad APEC (UNAPEC) que en el presente entorno cambiante y complejo, se requiere una diplomacia proactiva e inteligente, prospectiva y estratégica, observando cuidadosamente los aspectos globales e internos que inciden en ella.
El diplomático de carrera y consultor internacional dictó la conferencia “Rol de la diplomacia en la política exterior contemporánea”, en el marco de las actividades del programa de maestría en relaciones internacionales de UNAPEC, en el cual funge de coordinador.
La conferencia, organizada por la Vicerrectoría de Estudios de Posgrado de UNAPEC, fue encabezada por el rector en funciones de UNAPEC, Lic. Francisco De Oleo, y asistieron el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Gabriel García; el embajador de Paraguay, Pedro Sánchez; entre otras destacadas personalidades. Tuvo lugar en el salón de conferencias del edificio I del Campus Nicolás Pichardo de la citada institución académica,
Morales Lama manifestó que actualmente “la diplomacia organizada” es el único medio capaz de garantizar una representación permanente del Estado en el exterior y que, por tal razón, “puede asegurar la continua y efectiva atención de los intereses nacionales”.
El embajador Morales Lama indicó que es tal la importancia que le han concedido los Estados a la diplomacia, que un significativo número de ellos ha establecido rigurosas carreras diplomáticas y para sustentarlas adecuadamente, ha creado centros académicos de capacitación en sus Cancillerías, que garanticen que la formación académica de sus representantes.
Explicó que a nivel de maestría, la capacitación puede estar planificada y estructurada “consistentemente” en función de los intereses fundamentales del respectivo país, y que esta última característica es básicamente lo que justifica y motiva la creación, el mantenimiento y desarrollo de tales instituciones académicas.
Según diversas fuentes, dada la naturaleza de dichas instituciones, su apropiada labor docente es considerada “de importancia vital para la nación”. Consecuentemente el fiel cumplimiento de sus “objetivos, metas y medios” y, asimismo, el desarrollo y salvaguarda del nivel exigido de calidad académica, “amerita una rigurosa y constante supervisión”.
Conviene señalar, que determinados tratadistas han insistido en establecer la diferencia entre los Programas de Estudios Diplomáticos, que son propios de los centros académicos de las Cancillerías (tratados precedentemente), y por otro lado los Programas de Estudios en Relaciones Internacionales, que ofrecen las instituciones académicas privadas (“y autónomas”) de distintos países.
Dijo que, evidentemente, su orientación no está enfocada, particularmente, a los intereses del Estado, sino que es una formación académica “de más amplio interés”, dirigida a formar profesionales en el campo de los “asuntos internacionales” que tienen su área de ejercicio en instituciones públicas y privadas que requieran tales conocimientos e, igualmente, en organismos internacionales.
El diplomático manifestó que, en ese contexto, la negociación, por ser considerada el eje fundamental de la actividad diplomática, debe tener una importancia esencial en los programas de los centros académicos de las Cancillerías.
Expuso que esos estudios (sus fundamentos, métodos y estrategias) por la propia naturaleza de las negociaciones, incluyen aspectos teóricos y prácticos en continua evolución y, consecuentemente, requieren ser impartidos por “docentes”, que además de contar con sólidos conocimientos debidamente actualizados en esta “disciplina”, tengan el “aval” de haber participado (en forma prominente) en diversos procesos negociadores formales de reconocida importancia y, obviamente, deben contar con una amplia experiencia de “actuaciones profesionales” en el propio ejercicio, particularmente en misiones diplomáticas permanentes de un significativo nivel.
Resaltó, que las representaciones que un país mantiene en el extranjero no sólo reflejan la calidad de su diplomacia o la importancia que concede a sus relaciones exteriores, más que esto, constituyen un factor esencial a tenerse en cuenta en la valoración de la imagen y prestigio de un país en el medio internacional y en la propia sociedad global.
Asimismo, dijo que resulta fundamental para proyectar adecuadamente la imagen “atractiva y confiable” del país, que requieren actualmente los vínculos económicos y comerciales internacionales y la canalización hacia el país de la inversión extranjera.