Dr. Franklyn Holguín Haché
Rector
La Rectoría constituye el más alto nivel ejecutivo. La gestión de las operaciones internas y académicas de Unapec están bajo su responsabilidad y de las dependencias directas de ésta.
El rector es el funcionario de mayor jerarquía en la Universidad, representando a la institución en lo concerniente a su vida académica y administrativa, quien desempeña sus funciones por períodos de dos (2) años, que pueden ser renovables hasta un total de tres períodos, es decir, seis años.
Su designación definitiva está a cargo de la Junta de Directores, la cual debe decidir de entre los candidatos no objetados por el Consejo de APEC Pasados Presidentes que el Consejo de Directores de APEC le presente, conforme se encuentra previsto en el artículo 35 de los Estatutos Generales del Grupo APEC.
De la Rectoría dependen:
En la noche del 3 al 4 de octubre de 1226, se despide de este mundo el serafín de Asís. Ocho siglos más tarde, en una pequeña cripta-apoyado en la vida y la tumba del santo- el Papa Francisco rubrica su más reciente legado: la Carta Encíclica Fratelli Tutti.
Envuelto en el silencio de los mansos, el hermano Francisco entregó a la humanidad una carta de ruta clara y precisa hacia un nuevo y necesario mundo, signado por el amor al prójimo, la solidaridad, el perdón y la cultura del encuentro. El texto dibuja sin tapujos las falencias inherentes a la sociedad global, profundamente rota, desigual, deshumanizada, dominada por la ceguera social, la violencia, la exclusión, y a la vez plena de esperanza y buena voluntad.
El Santo Padre insta a un cambio inevitable y urgente, donde la fraternidad, la paz social, la caridad social y el recuerdo de Dios dinamicen la libertad, la equidad, la acogida y la justicia. Para hacer esta utopía posible, aboga por una educación renovada, que propicie el diálogo, la reciprocidad y el enriquecimiento mutuo.Una educación que, más allá de la información, promueva la sabiduría que posibilita el contacto con la realidad, el reconocerse con el otro y vivir juntos en la diferencia. Una educación que favorezca el encuentro entre saberes diversos y donde la ciencia y la tecnología estén al servicio de la vida y el bien común.
Francisco propone que: “La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus inequidades, sus desviaciones, los abusos de los poderes económicos, tecnológicos, políticos o mediáticos.” Ello compromete a los sistemas, instituciones y gestores educativos a replantearse los fines, medios y modos de actuación que acercan la dinámica educativa a los esquemas de competitividad y exclusión que caracterizan el mundo de hoy.
Promover la ciudadanía mundial, abrir la educación a los más pobres y menos dotados, los migrantes, las personas con discapacidad, los vulnerables, desde una perspectiva de derechos, dignidad, hermandad y responsabilidad. Y para los que hemos hecho de la educación nuestra misión, “la solidaridad como virtud moral y actitud social, fruto de la conversión personal” es nuestro compromiso.
Dr. Franklyn Holguín Haché
Rector
Rector
Vicerrectora Académica Interina; Directora de Internacionalización
Vicerrectora Administrativa y Financiera
Decana de Estudiantes
Director Ejecutivo de Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas
Director General de Tecnología de la Información
Director de Planificación y Desarrollo Estratégico
Director de Mercadeo Institucional
Director de Investigación
Director de Emprendimiento
Director de la Relación Universidad-Empresa-Sociedad
Directora de Acreditación
Directora de Calidad Institucional
Asistente Ejecutiva del Rector
Buenas tardes:
Es de justicia, en un momento tan importante para mí, sobre todo cuando defiendo el concepto de que el sentimiento más noble del ser humano es el de la gratitud, por tanto, quiero agradecer profundamente el honor que me dispensan con su presencia, Su Excelencia Reverendísima Jude Thaddeus Okolo, la Lic. Alejandrina German, Mons. Nicanor Peña, Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, Dr. Mariano German, Presidente de La Suprema Corte de Justicia, Dr. Milton Ray Guevara, Presidente del Tribunal Constitucional, Dr. Mariano Rodríguez, Presidente del Tribunal Superior Electoral, al Lic. Opino Alvarez, Presidente de UNAPEC, al Lic. Freddy Domínguez, Presidente del Consejo APEC de Pasados Presidentes, al Lic. Justo Pedro Castellanos, Presidente de APEC y en ellos, a los importantes integrantes del Grupo APEC, a los Señores Rectores, Excelentísimos Embajadores presentes, Invitados Especiales, a mi hijo Francisco Julián, a mi querida familia aquí presente, a mis compañeros del Colegio Santa Teresita, a Sor Ana Josefa Fajardo, Superiora General de las Misioneras del Sagrado Corazón, Abnegados Profesores y Estudiantes de UNAPEC, amigas y amigos.
En el año 1997 hice juramento de servir a la Universidad APEC como Rector, y afronté esa tarea hermosa de asumir la educación como una batalla digna de invertir en ella las energías de nuestra existencia. Y esa certeza de que valía la pena concebir la misión de la vida ligada al objetivo de la educación, la sentí con mayor vigor cuando dejé el cargo en el año 2001.
La educación es muy fluida, se mueve con la misma velocidad que se mueven los grandes descubrimientos, las grandes proezas de la tecnología, las propuestas de los extraordinarios sistemas gnoseológicos, el saber en sentido general. Como en el axioma del antiguo filósofo del mundo griego, Heráclito de Efeso, “nadie se baña dos veces en el mismo río”.
De igual modo, la educación de hoy no es la misma que la de ayer, ni yo soy el mismo, ni mis ideas de entonces podrían tener cabida en un mundo en el que ya todo ha cambiado, y en el cual las ideas sobre la educación son otras, y las universidades muy diferentes de lo que eran.
Dieciséis años no se miden tan solo en el discurrir del tiempo cronológico, sino en la velocidad con la cual las transformaciones tecnológicas han impactado el mundo.
Todo ha cambiado, incluso las nociones de tiempo y espacio que parecían inconmovibles han cambiado radicalmente. Hoy estamos, queramos o no, condicionados en los aspectos fundamentales de nuestra existencia por lo que ocurre en las redes globales y locales que configuran la sociedad-red del mundo posmoderno.
Y no hay manera de escaparse, “porque esas redes incluyen y organizan lo esencial de la riqueza, el conocimiento, el poder, la comunicación y la tecnología que existe en el mundo”.